En el último mes habrás visto múltiples memes que hacen alusión a un plátano pegado con cinta a la pared. A nosotros nos pilló de vacaciones por lo que, aunque ya haya pasado un mes, no queremos quedarnos sin contaros lo que pasó el pasado diciembre en Art Basel 2019:
Comedian: El plátano pegado a la pared
¿Te imaginas pagar 120.000 dólares por un plátano? Esto es lo que ha ocurrido el pasado diciembre en la prestigiosa feria de arte Art Basel. Lo más increíble es que esto no es los más sorprendente, los visitantes de Art Basel presenciaron, además, el día que un artista se comió esta obra de arte de 120.000 dólares.
El artista italiano Maurizio Cattelan presentó su obra en la feria Art Basel. Esta obra, titulada Comedian constaba de un plátano pegado con un pedazo de cinta adhesiva a la pared: Una clara crítica que busca ridiculizar el mercado artístico. Tras su venta por 120.000 dólares, la crítica aumentó dando lugar a preguntas como ¿Qué es el arte? Pero la historia no termina aquí.
El final de la exposición de Comedian en Art Basel no podría haber sido de otra forma: El sábado 7 de diciembre el artista de performance David Datuna se comió el plátano mientras afirmaba estar llevando a cabo una performance artística titulada «Artista hambriento»
Con decenas de espectadores, David Datuna retiró la cinta aislante y se comió el plátano. Ante esto, los visitantes reaccionaron como si Datuna se comiera cientos de billetes. De esta forma, la crítica del artista Cattelan aumentó provocando un efecto mucho mayor!
Por suerte para Sarah Adelman, compradora de la obra, la galería ha afirmado que la pérdida del plátano no devalúa la obra. De hecho Cattelan pidió a la galería que cambiaran el plátano cada 7 o 10 días para que no se pudriera. Estas instrucciones se encuentran también disponibles para la compradora de la obra junto a un certificado de autenticidad.
Está claro que esta edición de Art Basel pasará a la historia pero y a ti, ¿Qué te parece este debate artista? ¿Qué opinas de Cattelan y de su obra Comedian? ¡Esperamos tus comentarios!
Imagen de cabecera: Reuters
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20 respuestas a "El arte de un plátano pegado a la pared"
Soy artista visual y admiro mucho el arte contemporáneo, pero creo que lo sucedido en Art Basel 2019 es un acto banal que no tiene nada que ver con el arte.
Pues esto es arte contemporáneo te guste ono. O sea un fraude…. arte para tontos.
Representa la fragilidad masculina
Yo diría un acto banana!
Creo que el hecho de ser una obra de arte, no se refiere al plátano pegado con cinta aislante a la pared sino el concepto de que según cómo se comunique o se exprese cualquier cosa, lo convierte o no en un espectáculo, incluso hasta la cosa más absurda!
¿Hacer esto es arte?… Para monos!
Una conversación reciente cambió un poco mi mirada…si consideramos el arte como lenguaje, como modo de expresar ideas que generan emociones, aún negativas, la banana pegada lo sería, nuestras reacciones frente a ella…enojo, curiosidad, desconcierto…integrarían la obra. No estoy segura si estas formas de expresión son «arte» o corren demasiado el límite, pero al menos hacen pensar y eso vale!!!
No estoy muy de acuerdo con que esto sea arte, pero desde que admitimos la obra «Fuente» (un orinal firmado por Marcel Duchamp»esto comienza a irse de las mano. Porqué unas cosas si y otras no? Y por si fuera poco hay otro artista italiano (creo) que vende esculturas invisibles…o sea que no existen.!!! y lo más sorprendente es que ha vendido algunas. La pregunta del millón: esto es arte o esto se nos va de las manos.
Esto se ha escapado de control. Hoy existe la idea de que cualquier cosa es arte. Pero si cualquier cosa es arte entonces nada es arte. El concepto del arte ha perdido su sentido y su significado. Deberíamos volver al concepto tradicional del arte, el cual define al arte como técnica. Entonces el arte sería una técnica o un oficio, y el artista sería aquel que conoce y domina la técnica y el oficio de su arte. Y dentro de este concepto tradicional del arte sería imposible considerar que existe una técnica o un oficio de pegar plátanos sobre la pared.
Es obvio que muchos de ustedes, a excepción de Elba, no saben, ni entienden de arte contemporáneo, lo cual es una lástima ya que gracias a personas desinformadas el arte contemporáneo se mantendrá y será solo para unos pocos y no para todos como debería ser.
Si tú entiendes lo que es el arte contemporáneo, entonces ofrece una explicación de por qué un plátano pegado sobre la pared es una obra de arte.
Y si no lo puedes explicar es porque tampoco tú lo sabes ni lo entiendes.
David Adelman,podrias comprar la obra contemporanea,bueno, que pena ya se vendió……Bueno,yo creo que no entiendo de arte contemporaneo,y eso que llevo casi 30 años haciendo escultura, pero no debo estar en esta época,porque parece que mi obra no es contemporánea como el «PLATANO»,haber si no existo y no me he enterado….
Bueno dicho todo esto…mi opinión es que vivimos una época de crisis total,falta de valores ,ética etc etc, y falta de creatividad,esto no quiere decir que no se cree buen arte,componga buena música,pero no es lo que mas abunda,yo se que se ha jugado con la intencionalidad de crear polémica, y dar lugar a múltiples opiniones,pero esto no es nuevo,ya ganó hace años un Premio Turner,una simple luz que encendia y apagaba una sala vacia,como vacia de creatividad creo que está la mente de un artista que tiene que recurrir a la provocación adornándola de retórica,pero bueno no importa lo que o diga porque estábamos que como yo no soy contemporáneo no debo existir,aunque segiré esforxandome en expresar lo que siento forjando el hierro.
El arte es oficio.
Si no podemos considerar que pegar plátanos sobre la pared sea un oficio, entonces tampoco podemos conceder que un plátano pegado sobre la pared sea una obra de arte.
Genial, genial, mil veces. La gente comiéndose las obras de arte de los que gastan 120000 dólares en una banana. Creo que está buenísimo. Si no estaba planeado, mejor aún. Hay gente molesta, mejor, más viral. No hay tanto misterio, ese golpe no lo puede dar cualquiera.
Lo que molesta es que se equipare un plátano pegado sobre la pared con La Piedad de Miguel Ángel.
Antes de la bufonada de pegar un plátano sobre la pared ya existía un concepto del arte.
Lo que ofende es que se intente cambiar radicalmente el concepto previo del arte.
El arte, las bellas artes, son oficio, son técnica, son maestría. Por eso en el concepto tradicional del arte existe las <>.
¿Pero en qué sentido un plátano pegado sobre la pared puede constituir un oficio, una técnica?
¿En qué sentido un plátano pegado sobre la pared puede considerarse una obra maestra?
Un plátano pegado sobre la pared es una bufonada, y es obra de un bufón. Lo que es evidente es que nuestra época necesita mucho de payasos y bufones.
Realmente no creo que los seres humanos necesitemos éstas formas de «arte» para reaccionar frente algo. Las personas generamos ideas, pensamientos y emociones frente a cualquier tipo de estímulo diario. Ver noticias, o la misma vida cotidiana es suficiente para que generemos reacciones. A mí se me hace que el «concepto» de arte se a desvalorizado bastante con éstas dizque obras dónde cualquiera pone un moco en una pared y lo justifican como «arte conceptual».
Más que desvalorizado, el concepto del arte se ha vuelto difuso, vago e impreciso.
Ya cualquier cosa se considera arte. Lo cual equivale a decir que ya nada es arte. Y entonces el resultado es que el arte ha desaparecido.
Considerar que cualquier cosa es arte conduce a la extinción misma del arte.
Todos los que están a favor de que cualquier bufonada es arte deberían entender que un concepto debe ser claro y preciso para que sea realmente un concepto. Y el concepto del arte debe ser claro y preciso.
Y entonces el que está a favor de las bufonadas debe explicar cómo caben en el concepto del arte La Piedad de Miguel Ángel, el Taj Mahal, y un plátano pegado sobre la pared.
Considerar que un plátano pegado sobre la pared es una obra de arte constituye un gran y verdadero peligro.
El verdadero peligro es que se altere sin cesar el concepto del arte. El verdadero peligro está en que no haya estabilidad para el concepto del arte.
Tradicionalmente, el arte se considera como un oficio o como una técnica para producir una obra. Así está, por ejemplo, el oficio o la técnica del pintor, del escultor, del escritor, etcétera.
Pero si consideramos que un plátano pegado sobre la pared es una obra de arte entonces debemos explicar en qué sentido pegar plátanos sobre las paredes es una técnica o es un oficio. Y salta a la vista que es ridículo que exista una técnica o un oficio de pegar plátanos sobre las paredes.
Por lo tanto, el plátano pegado sobre la pared no constituye una obra de arte. Es quizás una bufonada, una payasada, pero no es una obra de arte.
Además, el arte se caracteriza por crear obras maestras.
¿En qué sentido se puede considerar que un plátano pegado sobre una pared constituye una obra maestra?
Es evidente que en el mal llamado arte conceptual no existen obras maestras. Por eso me parece que el arte conceptual no es arte.
El arte conceptual es pura bufonada, y pone en evidencia que nuestra época necesita mucho de payasos y bufones.
Bueno, repito algo que escribí a propósito de esta banana.
¿QUÉ ES EL ARTE?
Hoy día esta pregunta harta de respuestas. A esta altura o profundidad, según se mire, muchos opinan que ahora «cualquier cosa es arte». Y no andan ni muy lejos, ni muy cerca. Hay quien dice que después de Marcel Duchamp y su famoso mingitorio-fuente (1917), ya no hay límites. Y después de la exclusiva y onerosa banana de Maurizio Cattelan, parece que así es.*
Así las cosas, ¿es arte cualquier cosa?
Bueno, no depende de la «cosa» en sí. Depende del manejo de la «cosa» que haga la gente que está en el ámbito del arte.
Durante mucho tiempo, en el llamado occidente, los artistas tenían bien delimitado su ámbito porque eran «siervos» o empleados y, más adelante, funcionarios de las cortes, o bien empresarios «independientes» que trabajaban por encargo para mecenas y clientes de la nobleza y burgueses, a quienes debían complacer para poder subsistir o también triunfar.
Los viejos maestros del oficio, tomaban aprendices, quienes posteriormente podían llegar a sucederlos. También se formaron academias que pautaron rigurosamente las normas del arte. Pero en el correr de los siglos XIX y XX, junto con los cambios sociales vinieron los cambios en el ámbito del arte. Siempre hablando de occidente, rápidamente la historia se volvió global. Todo era revolución, cambio, innovación y contradicción. Hasta llegar al mingitorio-fuente de marras, para hacerla corta.
Claro que también había cambiado algo sustancial en el ámbito del arte. Las cortes y los mecenas fueron sucedidos por los «marchands», o sea, comerciantes que vieron una veta de negocios en el arte. Además de los salones oficiales, con su rigurosa normativa estética, estaban las galerías de arte, obviamente, manejadas o, al menos, asesoradas por expertos, ya fueran marchands independientes o los llamados «curadores». También las casas de subastas comerciaban con antigüedades y obras de arte, y sin duda estaban abiertas a cualquier objeto que se pudiera ofrecer al mejor postor, incluidas obras de artistas necesitados con mala recepción oficial. Este ámbito netamente comercial estaba más abierto a arriesgar con cualquier «novedad» que pudieran ofrecer, y convencer de comprar, a su público.
Además, con un papel cada vez más relevante, los expertos «criticos de arte» que eran mayormente periodistas especializados o intelectuales multifacéticos (en algunos casos, miembros de las agrupaciones removedoras y controversiales que comenzaron a abundar), se abocaron a fundamentar las nuevas concepciones estéticas. Por ejemplo, el surrealismo y el dadaísmo fueron esencialmente movimientos intelectuales, con un costado «artístico», en buena medida, precursores de la actual banana comediante.
Sin toda esa plataforma de lanzamiento, las innovaciones y revoluciones de los artistas «modernos» difícilmente hubieran llegado al mundo de la gente «común» y mucho menos al de las altas finanzas. Al impulso de las plataformas de lanzamiento de las innovaciones artísticas, Los grandes inversionistas terminaron protagonizando el fenómeno de los precios en alza de toda clase de obra de arte, particularmente, de las pertenecientes al simplificadamente llamado arte «moderno» y, más exactamente, «contemporáneo» (aunque tal «contemporaneidad» ya tenga más de un siglo).
Así es como,a poco más de 100 años del mingitorio-fuente de Duchamp, en 2019 terminamos viendo venderse en 120.000 dólares una simple banana (natural y comestible), solo que exhibida en una prestigiosa institución artística. Y no una sola, sino una segunda «edición» por el mismo artista, y amenaza con seguir «editando» otras con cotización al alza.
Lo único que es de esperar es que este fenómeno no termine afectando el precio de esta fruta en los mercados de alimentos. Imagínese, se convertiría en una «delicia» tanto o más prohibitiva que el caviar rosado.
Pues sí señor, si esto no es Arte, entonces, ¿qué lo es? (va con guiño…).
que pienso que deberían reconvertir los museos de arte contemporáneo en el club de la comedia y además de las instalaciones contar chistes.
Hola Avaratar, ¿dices cerrar los museos para hacerlos espacios de teatro? ¿Un poco radical, no?
¿O que este tipo de obras son un chiste?
Un saludo, y gracias por opinar!